Segundo partido de liga en casa del Mungia. El tiempo el sábado a las 12:15 era perfecto para jugar a fútbol. Cuando el calentamiento de ambos equipos hubo finalizado entraron al vestuario para ultimar los detalles y equiparse con las camisetas del partido.
Gracias a la concentración y la intensidad con la que salió el Mungia, a los 5 minutos consiguieron abrir el marcador con un testarazo de Liher, que remató una falta colgada por Nikolas. El CDM dominaba el partido y el Baskonia estaba encerrado en su campo. Solamente conseguían salir a base de balones directos de su defensa a los delanteros. Fue entonces cuando en el minuto 20 Julen Matilla ponía el 2-0 en el marcador rematando un rechace dentro del área. Parecía un partido bien encarrilado por el Mungia.
Cuando llegábamos a la media hora de juego un jugador del Baskonia fue expulsado por doble amarilla. El negrigualdo pisó la mano a Julen que se encontraba tirado en el suelo por una falta recibida. Además el chaval visitante saltó a la grada de modo amenazante. El árbitro en vista de esa actitud no tuvo otro remedio que expulsarlo. Pocos minutos después mediante un balón directo los visitantes conseguían llegar a la portería de Xiker y marcar el 2-1.
En la segunda parte, el Mungia intentó defender el resultado, aunque eran conscientes de la motivación extra del rival a causa de estar con un jugador menos. En el minuto 9 de la segunda parte salió al campo Iñigo Martinez por Aimar y en el 14 entró Jon Narvaez por Asier Moreno. En estos primeros minutos los visitantes salieron con ganas y dispuestos a dejarse la piel. Su esfuerzo tuvo recompensa, cuando un error en un despeje del defensa del Mungia dejó solo ante el portero al delantero visitante que pudo batir a Xiker y empatar el partido, 2-2. Un error puntual igualaba el partido y el Baskonia se crecía ante las circunstancias. En el minuto 24 apareció Vini en el campo dando descanso a Julen. El Mungia poco a poco se iba haciendo con el partido y el cansancio hacía mella en el equipo de Basauri. En los minutos finales el Baskonia pedía agonicamente la hora y era consciente de que el partido se le iba a hacer muy largo. Fue entonces cuando Joseba dio entrada a Ander Areskurrinaga que salió por el cansado Nikolas.
Cuando parecía que no iba a haber tiempo para más y que el 2-2 iba a quedarse en el marcador, Markel a pase de Ander Hormaetxe consiguió realizar un disparo que el portero tocó pero que terminó entrando en la portería, el 3-2 ya era realidad en el minuto 84. Llevábamos 4 minutos de prolongación, solamente era necesario que el balón saliese del campo para que el árbitro pitase el final. Sin embargo, ocurrió lo que nadie se esperaba. El Baskonia sacó de centro y entre dos jugadores mediante dos paredes y algo de suerte se plantaron ante Xiker que nada pudo hacer ante un disparo raso fuerte y colocado, 3-3. Nadie se lo creía. Los de Basauri celebraban como si de oro se tratase el punto conseguido y los de Mungia, tirados en el suelo, no querían abrir los ojos.

Un partido para aprender. El equipo dio la cara, luchamos desde el principio pero nos faltaron 20 segundos de intensidad, que resultaron ser los 20 segundos últimos y más importantes que determinaron el partido.
El partido se puso pronto de cara, pero rápidamente se vio que la pelea iba a estar en el centro del campo, donde los pivotes locales carecían de la fuerza e intensidad que ofrecían los foráneos y más tras la expulsión de un jugador. Los centrales sufrían en exceso, les llegaban delanteros rápidos con balones faciles ya que se les ponía poca oposición por la línea de medio campo. Aún así resolvieron atrás bastante bien la mayoría de las ocasiones. En los últimos 10 minutos se decide dar más consistencia al centro del campo, y casi sale bien con el gol local en el descuento, pero la realidad volvió a ser la falta de pelea por el centro y en el saque de centro de campo llegaron sólo ante el portero local consiguiendo el empate, merecido por el esfuerzo realizado y por creer en sus posibilidades.
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