martes, 9 de febrero de 2016

Mungia - Padura

Tensión, nervios, lucha, entrega, sacrificio, ilusión y pasión. El tercer partido de la segunda vuelta fue todo un espectáculo de juego físico, fuerza y desgaste. El Mungia recibía al primer clasificado, un Padura muy disciplinado que tenía como objetivo el título de liga y con ello el ascenso. Los locales querían dar un puñetazo en la mesa y demostrar que queda liga para seguir peleando. Algo diferente al partido de ida que vimos en Arrigorriaga allá por el 18 de octubre del año anterior.




El arbitro, que estuvo acertado a lo largo del encuentro, pitó el comienzo a las 12 de la mañana. Desde los primeros minutos se percibía un ambiente extraño. Una atmósfera de nerviosismo. Los jugadores eran plenamente conscientes de la importancia del partido para mantener las aspiraciones. El encuentro comenzó con mucha lucha en el centro del campo, pero a lo largo de la primera parte los blanquiazules se fueron imponiendo. La intensidad del Mungia era aplastante y los primeros se encontraban contra las cuerdas. Parecían sorprendidos por un rival que en la ida no supuso tantos problemas. Sin embargo, los de casa no lograban materializar las ocasiones que generaban, situación que aumentaba el nerviosismo, ya que un equipo como el Padura no iba a conceder demasiadas oportunidades. Por su parte, los de rojo intentaban crear peligro, aunque de manera tímida. En el minuto 25 tras una falta, el Padura marcó en propia puerta y el Mungia celebró eufóricamente el 1-0. Tras el gol, la tónica no cambió y los locales seguían asfixiando al rival. En los últimos minutos de la primera parte, las pulsaciones bajaron y los rojillos llegaron con más claridad, metiendo el miedo en el cuerpo a un Mungia que se iba con el 1-0 al descanso.

En la segunda mitad, el Padura cambió el chip. Atacó con más ahínco, con más agresividad. El Mungia no bajó los brazos, pero con el paso del tiempo las fuerzas iban disminuyendo. Un equipo que dio el 100% tanto en la primera como en la segunda parte. Los foráneos buscaban hacer daño y empatar el partido. Por parte del Mungia salieron al césped Mikel Sarobe, Andoni Menéndez e Iker Yecora, dando descanso a Aimar Sagastizabal, Nikolas Iturregi y Iñigo Martínez. Con el paso de los minutos, el Padura olía el gol y el Mungia sufría pero sin renunciar al ataque. Al final, los rojos consiguieron llegar a las redes batiendo a Xiker, que nada pudo hacer ante un disparo a bocajarro,1-1. El Mungia, a pesar del jarro de agua fría, no se derrumbó, siguió peleando y creó alguna ocasión de peligro que no acabó entrando. Al final el marcador no se movió más, 1-1.

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